martes, 26 de noviembre de 2019

LA MONOTONÍA EN LOS INFORMES ORALES DE AUDITORÍA

En todo informe oral de auditoria el expositor es quien debe ocuparse de asegurar el interés de los oyentes.  Sin embargo, muchos auditores tienden a caer en la monotonía, es decir, su presentación es plana, sosa, escasa de fuerza, sin cambios que se conviertan entre los presentes en estímulos nuevos, sin asombro, sorpresa  y renovada atención.

Algunos amigos comunes de la monotonía del informe oral son:
  1. La lectura del informe por parte del auditor: El auditor expositor se limita a leer el informe de corrido, sin lograr comunicación eficaz con el oyente;
  2. El auditor es un mal lector de su trabajo, su fraseología de especialista y su excesivo discurso descriptivo provoca el bostezo de los oyentes, que en silencio duermen o se dedican a ojear el informe ejecutivo en busca de algo de mayor interés;
  3. El informe carece de dinamismo y amenidad: Sí la experiencia del oyente  de un informe es insatisfactoria  se verá obligado  a elegir  distraerse, dormirse o marcharse protestando;
  4. La pesadez  al hablar: A veces se habla lento y  el expositor no puede encontrar rápidamente las palabras correctas, tartamudea;
  5. Entonación uniforme: Cada frase que pronuncia el auditor expositor no le corresponde a la forma de entonación;
  6. Un volumen de voz plano: El  expositor no  varía el volumen de la voz,  falta fluidez al hablar, no   cambia el ritmo  y brilla por  su ausencia  énfasis en palabras y frases;
  7. Total ausencia de expresión corporal: El auditor expositor no varía su expresión facial, no utiliza las manos, no mira al oyente y siempre está en el mismo lugar, no camina;
  8. Falta de contacto visual: Afecta directamente la comunicación no verbal, y el punto de partida de la escucha activa. El auditor expositor tiene apariencia de Rollweiler, es decir,  poco accesible;
  9. La exagerada extensión en algunos temas del informe: Con anécdotas e historias, apunte de humor, analogías y comparaciones, estadísticas o ejemplos incomprensibles;
  10. Expositor insípido: Por timidez, no demuestra ningún tipo de sentimiento o sentir. No muestra autoconfianza, no habla con entusiasmo, proyecta mala energía y no es amable ni cálido;
  11. Falta de ayudas o ayudas sin gracia: Ayudas mal diseñadas, sin estética, exceso de ayudas, o se expone sin interés; y
  12. El auditor muestra debilidad o dificultades de salud: falta de energía o de vigor, da la impresión que el expositor esta agonizando.
Para concluir, debe entenderse que el combate contra la posible monotonía de los informes orales se  debe trabajar  desde varios campos: Oral, corporal, intelectual, medios de ayuda, psicológico y   metodológico.




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