Con
la globalización de los esquemas financieros y contables, el organismo internacional –IASB-
buscó satisfacer los objetivos de la información para la toma de
decisiones del inversor de mercados financieros. Las Normas Internacionales de
Información Financiera –NIIF- se regularon para entidades de un sistema
capitalista en donde prima la individualidad sobre la colectividad. En algunos países emergentes la información financiera ya está
en lenguaje internacional. Sin
embargo, falta crear condiciones de confianza de inversión para
evitar ser atractivos únicamente
para inversionistas extranjeros de
capital golondrina, que afectan
gravemente la economía.
En
la economía global del conocimiento, las
naciones que más crecen y que más reducen la pobreza, son las que producen
innovaciones tecnológicas. Hoy en día, la prosperidad de los países depende
cada vez menos de los recursos naturales y cada vez más de sus sistemas
educativos, sus científicos y sus innovadores. Los países más exitosos no son
los que tienen más petróleo, o más reservas de agua, o más cobre o soja, sino
los desarrollan las mejores mentes y
exportan productos con mayor valor agregado. Un programa de computación
exitoso, o un nuevo medicamento, o un diseño de ropa novedoso valen más que
toneladas de materias primas. No es casualidad una empresa como Apple valga el
20% más que todo producto bruto de Argentina y más del doble del producto bruto
de Venezuela. –Andrés Oppenheimer-
La
globalización, la economía global del
conocimiento, la era de la automatización,
van de la mano, esto obliga al auditor a cambiar su mapa mental
tradicional y saltar con su creatividad a la industria del conocimiento para
generar valor y riqueza por medio de su transformación a información. Esto
implica educación de calidad en finanzas, investigación y desarrollo, alta
tecnología, informática, telecomunicaciones, robótica, competencias digitales
tales como: liderazgo en red, visión estratégica, gestión de la información,
comunicación digital, trabajo en red, aprendizaje continuo y orientación al cliente. Esto no indica que el
auditor tenga una metamorfosis y se convierta en un experto ingeniero de
hardware o un maestro en electrónica digital, solamente se requiere
reinventarse, es decir, tomar
consciencia y adquirir aptitudes digitales.
Es
una realidad, que los países emergentes todavía mantienen la mentalidad
cosificadora de la edad industrial,
donde el principal activo y los principales impulsadores de la prosperidad económica
son las máquinas y el capital; cosas.
“La gente es necesaria pero reemplazable. La Era Industrial nos dio la creencia
de que todo lo debemos controlar y dirigir a las personas. Nos dio la noción de
contabilidad, que contempla a las personas como gastos; las maquinas se
registran en el balance como una
inversión. Todas estas prácticas y muchas más proceden de era industrial, de
trabajar con trabajadores manuales –trabajos de rutina o repetitivos. El problema es que los
directivos de hoy día siguen aplicando el modelo de control de la era
industrial a los trabajadores del conocimiento”.- Stephen R. Covey El 8 hábito-. Por el contario, los
trabajadores de la Era global del
conocimiento son personas cuya labor principal consiste en la aplicación
del saber que han acumulado mediante el estudio o la experiencia a la
realización de proyectos creativos y productivos, es decir, saber qué
información necesita y saber cómo aplicarla.
En
efecto, en la Era global del conocimiento, la inteligencia artificial
–algoritmos y big data- están reemplazando el trabajo repetitivo y rutinario
por procesos lógicos con máquinas-robots-.
Algunos auditores ponen en tela de juicio no razonando esta conjetura de que en el futuro el auditor será reemplazado por un hardware –Idea
auditoría, ACL, CAAT´s, u otro componente, artefacto o dispositivo capaz de
dotar cualquier sistema /informático /funcional de alto rendimiento que no
piensa-- objetando que siempre se necesita de un ser humano para cualquier
auditoria ya que requiere de juicio profesional –Es empírico, ya que a medida
que el trabajo se divide en pequeñas partes, muchas tareas resultantes son
rutinas basadas en procesos- , creatividad contable -Quizás el auditor ya este
superado por los algoritmos, e
inteligencia emocional –la maquina no imita el razonamiento humano.
De
otra parte, toda esta automatización tiene beneficios para los empresarios ya
que se reduce los costos del servicio profesionales que se han automatizado. En
la era industrial una entidad con un gran volumen de actividades necesitaba
contratar un contador, asesor tributario y una auditoria externa con honorarios
elevados. Algunos empresarios internacionales aseguran que el conocimiento que
obtenían de estos servicios era mínimo, porque no entendían los informes
internos y externos.
Un
estudio realizado en la universidad de Oxford en el año 2013, “El futuro del
empleo” elaborado por los investigadores –Michael Osborne y Carl Benedikt pronosticaron que casi la mitad de todos los
puestos de trabajo –incluidas las profesiones tradicionales- serán
automatizados en un periodo de entre tres (3) o cuatro (4) décadas. Afirman, además, que se trata de una
oportunidad: “Todos tenemos que reinventarnos y perfeccionar lo que nos
diferencia de los ordenadores. Mejorar nuestras capacidades únicas e
irrepetibles…”.
Hoy en día algunos ilustrados hacen todo tipo de pronósticos sobre Big Data, análisis de
datos, automatización, fraudes, se convierten en pseudo-profetas, pseudo-maestros, pseudo guías; que predicen sobre cómo será el
futuro de los auditores, pero lo único en lo que estamos todos de acuerdo es
que va a ser diferente.
¡Ay de los auditores que digan que debemos seguir haciendo lo que estamos haciendo ahora no les va ir muy bien!, los cambios son inevitables y hay que tener una mente creativa y abierta a todo.
¡Ay de los auditores que digan que debemos seguir haciendo lo que estamos haciendo ahora no les va ir muy bien!, los cambios son inevitables y hay que tener una mente creativa y abierta a todo.
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