miércoles, 19 de febrero de 2020

AUDITOR, CONTADOR, APRENDA CUANDO DETENERSE EN LA FIRMA

La vanagloria, normalmente, se relaciona al orgullo excesivo o  jactancia de un auditor o contador por sus propios resultados. Imaginemos,  un experto auditor o contador que  crea un curso de capacitación certificado. Ante el público, cuenta todos sus éxitos  logrados a lo largo de su camino profesional, brinda datos  sobre sus títulos, premios, libros publicados, alianzas  y  presume de haber renovado la auditoría  nacional e internacional gracias a su estilo creador y su arrojo. El auditor, con esta actitud vanidosa, lo que hace es lucirse de sus lucros. Como se puede observar, la vanagloria no se vincula a la sinceridad o hipocresía de la información expuesta, sino  a la actitud que muestra el sabio.

EL GALLITO VANAGLORIOSO

“Dos jóvenes gallos peleaban sobre un estercolero –basurero-. Uno era más fuerte; derrotó al otro y lo echó del estercolero.  Todas las gallinas se reunieron en torno al  gallito y comenzaron a elogiarlo. El joven gallo quiso que su fuerza y su gloria se conocieran en el terreno vecino. Voló hasta el techo del gallinero, agitó las alas y cantó con voz fuerte; “Mírenme todos. Soy el gallo victorioso. Ningún otro gallo del mundo tiene tanta fuerza como yo”. El gallito no había terminado de pronunciar esas palabras cuando un águila lo mató, lo aferró con sus garras y lo llevó a su nido”.
León Tolstói
MORALEJA:

El éxito profesional casi siempre se sube a la cabeza, la arrogancia y un exceso de confianza en sus competencias pueden llegar a impulsarlo más allá de sus metas y objetivos que se han planeado cuidadosamente desde un principio y al  ir demasiado lejos –volar al techo del gallinero-  serán más los enemigos que se crearán que los que logre vencer.

REFLEXIONES DEL DÍA


 "El auditor sabio instruye e influye sin utilizar palabras"



"Convalidación de títulos otorgados por instituciones de educación superior extranjeras".


0 comentarios:

Publicar un comentario