jueves, 6 de febrero de 2020

AUDITOR LÍDER CÓMO EJERCE SU AUTORIDAD ¿AGRESIVO O ASERTIVO?

Todo auditor que es ascendido en la firma quiere ejercer su poder y autoridad. Dentro de su lenguaje corporal adoptan posturas  de agresividad o asertividad y muchas veces discernimos  cómo pueden creer en la efectividad de ese juego de poder tan calcado, tan artificial.

Estos modelos de expresión corporal son comunes en auditores que se sienten inseguros con su nueva autoridad. Quizás son estrategias útiles para intimidar a sus colaboradores cínicos, inquietos o provocadores, sin embargo, estas tácticas no aseguran su imperio.

Un auditor arrogante con inflas de ser superior mira por encima del hombro, es una táctica bastante arcaica. La inclinación de la cabeza hacia atrás, brazos cruzados, es suficiente para transmitir un mensaje de superioridad que se aprecia de inmediato. En vez de ganar autoridad y respeto de sus colaboradores, esta conducta a lo mejor lo situará como un payaso pobre, como un as no conocido.

Algunas veces el auditor tal vez quiera guardar distancia con las personas en cualquier área de la firma. Es una táctica efectiva para marcar un cambio de estatus, aumentando su zona personal, es un truco muy viejo y es visto así.

De igual manera, en algunas reuniones el auditor líder si tiene un punto y lo puede argumentar competentemente, no lo hace, no habla por sí mismo, no es original,  recalca sin necesidad, se inclina hacia delante de manera agresiva mientras habla,  señalando con el dedo. Lejos de ser una señal de autoridad, indica que está perdiendo control de la situación y es como una cachetada en un tiro de arco.

Además, bastante pesado es acudir a una reunión programada por un socio  y tener que esperarlo afuera de la oficina y más incómodo tener que hacer antesala una vez adentro, mientras que el “socio” aparenta estar muy ocupado con su “Yo-Yo” como si el auditor no existiera. Auditor “Líder” evite al máximo esta conducta. 

Así mismo, otros  directivos exageran cualquier gesto creyendo que aumentan su juego de poder, como si el auditor al que se dirige es tan memo como para no entender. Exageran, también, en ocasiones delicadeza y con otras señales de condescendencia, como demasiado contacto visual o un tono fino y atento.

Por otro lado, en reuniones sociales estos auditores líderes se retiran cuando otro auditor está hablando o gruñe para alejarlo. Presume como si fuera el dueño de todo, una señal de que no lo es. Su contemplación es inexpresiva, hosca o fija, su cuerpo tenso, pone las manos en la cadera e inclina la cabeza hacia los lados y entrecierra los ojos.

A su vez, Los anteojos de los auditores iluminados sirven de juguete de poder. Mientras que un colaborador está exponiendo sus ideas, el ejecutivo se retira lentamente los anteojos y los limpia, o quizás lo sopla de algún polvo imaginario.  Después, se los vuelve a colocar lentamente, observando la victima fijamente todo el tiempo  como queriéndolo hipnotizar o recordar la regla 5/5/5.

En pocas palabras, el lenguaje corporal es la forma de comunicación no verbal que todo auditor utiliza a diario. Aprender  a leerlo, interpretarlo y manejarlo mejora de manera extraordinaria su trabajo y las relaciones en la firma.


                                          Grupo auditoría Forense.-Hierro59




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