
En
nuestra sociedad existe una descomunal lucha interior y exterior originada por la
inclinación hacia el mal. El amor propio
trae
el invariable deseo de venganza, de represarías ante cualquier ofensa. Este
viejo sistema cruel y egoísta de relaciones
humanas debe desaparecer del mundo civilizado.
En algunas firmas todavía esta en vigor la ley del Talión -Latín Talis, tal o igual-, escrita alrededor del 1750...