jueves, 21 de febrero de 2013

Es Necesario Implementar Programas de Auditoría para Prevenir y Detectar Blanqueo de Activos

Los capitalistas de la época actual tienden a invertir en paraísos fiscales buscando proteger su patrimonio, reducir la carga fiscal y ocultar la identidad de sus verdaderos asociados. En la actualidad existen más de 250 jurisdicciones en el extranjero con secreto bancario estricto que brindan uno o más incentivos a los inversionistas no residentes, además prometen una legislación exenta de formulismos, sin auditorias y fuera de la obligación de hacer públicos sus estados financieros, facilitando el blanqueo de capitales que es un proceso al que se someten los ingresos producidos por hechos ilícitos para ocultar su origen ilegal y legalizar ganancias, es decir crean una fuente aparentemente legal mediante falsificación de documentos, ocultamiento de la propiedad de los activos y realización de operaciones con terceros. Uno de instrumentos más utilizados para ocultar los verdaderos accionistas, evadir impuestos y blanquear capitales son las entidades offshore o trusts. La sociedad offshore es una persona jurídica constituida bajo una jurisdicción extranjera y que habitualmente realiza actividades económicas fuera del país en que se constituyó, jugando un papel importantísimo en la ocultación, levantamiento e inversión de ingresos de dudoso origen. Esta sociedad radicada en un paraíso fiscal se constituye rápidamente y es gestionada por un prestador de servicios societarios local, que también actuara como administrador. Otra herramienta utilizada como fachada es la triangulación comercial que consiste en la realización de transacciones comerciales mediante una sociedad anónima que no tenga relación con la empresa del país de origen, a fin de disminuir ganancias y aumentarle gastos de operación a la empresa de origen para así deducirlos de los impuestos y tener un margen de utilidad mayor ya que los socios de ambas entidades son los mismos, aunque esta figura no se refleja en la documentación de la empresa. Para la realización de la triangulación se hace necesario tres empresas: Una de origen, otra extranjera offshore y la proveedora. 

Las sociedades offshore son catalogadas por algunos especialistas internacionales como planificación fiscal afirmando que si una sociedad multinacional vende sus productos en un área geográfica muy grande, le conviene crear una sociedad offshore como sucursal en un paraíso fiscal y los bienes producidos en vez de ser vendidos directamente a los clientes extendidos por todo el mundo, son vendidos a la misma sucursal con sede en el paraíso fiscal a un precio inferior al valor de mercado. Posteriormente la filial revende los productos al precio de mercado logrando que la sociedad pague menos impuestos en su país de origen y la utilidad después de impuestos gozara del régimen fiscal al cual está sometida la sucursal con sede en el paraíso fiscal. Si los productos son vendidos al costo a la sucursal la sociedad registrara perdida en su país, y gozara en el paraíso fiscal de incentivos por su situación financiera. 

Es obligación de los profesionales contables combatir estas operaciones de origen dudoso identificándolas y comunicándolas de acuerdo con la ley, experiencia y confidencialidad profesional. Además les corresponde implementar programas de auditoría para la prevención y detección de blanqueo de activos con el fin de visualizar indicadores de operaciones inusuales tales como: propiedades en manos de parientes o asociados, una estructura internacional falsa sin ventajas comerciales, legales o fiscales, compra o venta de acciones de sociedades muy por encima o muy por debajo de los valores estimados, el empresario muestra un escaso conocimiento del negocio, operaciones de bienes y servicios que no encajan en el perfil de la sociedad, operaciones o acuerdos que carecen de documentos soporte que son relevantes, operaciones con sociedades y centros offshore, operaciones con sospechosos de ser facinerosas o sus socios, clientes, acreedores o prestamistas no transparentes o no son identificables operaciones con asociados o clientes que comparten una dirección común, operaciones identificadas como ventas de activos pero los activos no pueden concretarse, movimiento de fondos inusuales y facturación y ventas simuladas. 

Cuando los auditores externos conocen muy poco de empresas offshore y trusts su evaluación está limitada a la información que pueda extraer sobre estas actividades inusuales, de otra parte, necesita de absoluta cooperación de los auditados. Muchas auditorías externas de este tipo se derivan de imposiciones fiscales y legales que pueden llegar a crear ambientes hostiles para los auditores que las realizan, son sumamente costosas para las entidades y requieren de tiempo y trabajo adicional. A si mismo los auditores internos su veracidad, alcance y confiabilidad también pueden estar limitados, debido a que puede haber cierta necedad por parte de la entidad sobre la forma de evaluar e informar estos hechos. Al laborar en la misma empresa donde realiza la auditoria se presta para presiones, compromisos y ciertos intereses al realizar su examen, es decir se presentan vicios del auditor en la forma de evaluar y emitir su dictamen.

La confianza en la prevención y detección de blanqueo de activos y otras operaciones ilegales descansa principalmente en un sistema contable adecuado con unos programas de control interno apropiados. El auditor al evaluar la adecuación y efectividad del sistema de control interno para detectar blanqueo de activos y otras figuras ilegales esta asegurado el cumplimiento de la Norma Internacional de Auditoría NIA 570. Auditores es imprescindible la participación en cursos dirigidos al personal que por su cargo sea más apto para detectar operaciones y hechos relacionados con el blanqueo de activos.

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