lunes, 15 de enero de 2018

EL AUDITOR, EL JUICIO PROFESIONAL Y EL SENTIDO COMÚN












El objetivo de la información contenida en los estados financieros es que sea útil a los usuarios que se basan en ella para la toma de decisiones financieras. Para  alcanzar este objetivo de utilidad en la preparación  y presentación  de los estados financieros se debe cumplir una serie de requisitos cualitativos que conducen a que dicha información en los estados financieros refleje imagen fiel de la situación financiera, del resultado y de los cambios en los flujos de efectivo de la empresa.

Los estados financieros para que  expresen la imagen fiel de la situación financiera y de los flujos de efectivo de la entidad, se debe preparar la  información bajo la hipótesis –entidad en funcionamiento y devengo-. Por otro lado el marco conceptual NIIF establece que la información que suministran los estados financieros debe cumplir unas características cualitativas principales–Comprensibilidad, relevancia, fiabilidad y  comparabilidad y unas secundarias –importancia relativa, representación fiel, neutralidad, prudencia  e integridad-.

El auditor al  emitir una opinión, debe lograr una seguridad razonable de que los estados financieros en su conjunto están libres de errores materiales, al fraude o error; lo que significa un grado absoluto de seguridad, debido a que existen limitaciones inherentes a la auditoría. El auditor al realizar un examen utiliza todos sus  conocimientos técnicos y experiencia relevantes –juicio profesional- para optar posibles trayectorias de acción dentro de la auditoria, para ejercer en forma eficaz  la profesión y realizar de una manera apropiada el encargo. El entrenamiento, conocimiento y experiencia relevante del auditor le permiten tener las competencias necesaria para lograr juicios prudentes y razonables. 

El juicio profesional es relevante al evaluar la evidencia de auditoria, establecer la importancia relativa, riesgos de auditoria, y opinar sobre los estados financieros.-NIA-200, objetivos globales del auditor independiente y realización de la auditoría de conformidad con las normas internacionales de auditoría-. El juicio profesional involucra por ejemplo: Calculo de estimaciones y provisiones, selección de tratamientos contables, elección de normas contables, el logro de un equilibrio entre las características cualitativas de la información etcétera. 

Sin embargo, el auditor debe ser consciente que  juicio profesional y  sentido común van de la mano.  El sentido común se refiere a la capacidad  del auditor de  analizar todos los elementos de la realidad con prudencia. Usar el sentido común el auditor es colocar lógica a sus acciones, es saber cuál es la causa y el efecto, qué podría suceder a simple vista si… reflexionar y anticipar.

Son buenas prácticas del sentido común:

1.-Ser leales, veraces y honrados en todas las relaciones profesionales  y de negocios;

2.-Tener actitudes objetivas y justas;

3.-Evitar información que se considere sustancialmente falsa o confusa, que se proporcione de manera descuidada o que cause confusión o error al omitir  u ocultar hechos, datos o circunstancias;

4.-Imponerse la obligación de no comprometer su juicio profesional o de negocios a causa de prejuicios, conflicto de interés o influencia indebida de terceros;

5.-Ser consciente que el auditor está expuesto  a situaciones que pueden deteriorar su objetividad, afectando o influyendo de modo indebido  en su juicio profesional, respecto a sus servicios; y

6.-Evitar la  preferencia por las soluciones complicadas, olvidando el sentido común y dejando a un lado la inteligencia y personalidad madura.

En conclusión,  el sentido común lo poseen todos auditores pero no todos los ponen en práctica. No lo  observan   porque algunos  actúan  más  por sus emociones que por la razón. 

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