miércoles, 28 de febrero de 2018

EL AUDITOR FRENTE AL CAMBIO DEBE SER UN PROFESIONAL DE ALTA COMPETICIÓN


La tecnología afecta nuestro entorno y algunos parámetros tradicionales de la profesión.  Con la llegada del internet se presume un cambio de mentalidad, un evolucionar en el mundo laboral y comercial, y ello obliga a una transformación de la figura del auditor.

Salta a la vista, que frente al cambio el auditor osado y con poderío produce el cambio, los de alta competición lo anticipan, los rápidos e inteligentes lo aprovechan y algunos negados son engullidos  por la innovación.

Un auditor de alta competición se identifica por:
  1. Ser Idóneo y dar valor agregado al cliente y su firma;
  2. Convertir las necesidades y dificultades del cliente en oportunidades de negocios para uno y otro;
  3. Tener la capacidad de trato con los demás,  creando dependencia en el cliente;
  4. Influir en el cliente y detectar fácilmente los problemas del encargo;
  5. Introducir sus ideas a la firma para convertirlas en soluciones rentables que benefician a todos;
  6. Poseer valores éticos íntegros, cumplir siempre las ofertas y generar una relación de alta confianza y honestidad con el cliente;
  7. Saber gestionar su tiempo y facturación del cliente;
  8. Ser riguroso en su planificación estratégica;
  9. Aporta nuevas alternativas para combinar los servicios de la firma para ser más competitivos;
  10. Ser el profesional que sabe vender y defender el valor de sus servicios, siendo consciente que su buen desempeño forma parte del servicio global, ayudando a argumentar el valor del encargo;
  11. Trasmitir seguridad en el servicio;
  12. Ser entusiastas de su servicio y firma;
  13. Ser conscientes que ni ellos ni su firma son únicos, pero son lo suficientemente sobresalientes para dar servicios eficaces, rentables y útiles para el cliente; y
  14. Ser auditores más creativos, abiertos a salirse de los esquemas tradicionales.
Auditor recuerde: el que no cambia lo cambian. Acepte los cambios, porque en ellos está la oportunidad de mejora, y constituyen la esencia de toda evolución. En este mundo de orden y caos, de cambios constantes, evolucionar no es una opción, es una obligación para permanecer.

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